La
Red Telar reúne a profesionales que ofrecen su tiempo por servicio.
Un
grupo de personas se reúne los lunes en un bar de Palermo, Rústico Pub, a dar,
por intercambio, lo que mejor sabe hacer. La variada oferta incluye desde atención
médica y psicológica hasta masajes, servicios de belleza y clases de música o
computación.
Se
trata de la Red Telar, un banco de tiempo que se gestó en diciembre del 2001 y
que finalmente vio la luz en junio del año último. La madre de la criatura es
Margarita LLada, contadora interesada en las distintas vertientes de la economía
social. Fiel a su estilo, decidió trocar las cacerolas por un aporte concreto
a la comunidad.
Muchos
de los miembros son profesionales que, por la crisis económica, quedaron con varias
horas libres -ociosas, según el código de los intercambiantes- y que las
ofrecen por servicios brindados por los socios de la red. Otros están desocupados
y encuentran en el intercambio no sólo una manera de mantenerse activos, sino
también una forma digna de acceder a lo que la falta de empleo se empeñó en vedar.
"Poco
a poco, la clase media se vio forzada a relegar algunas cosas, desde el estudio
de idiomas y el cuidado personal hasta cuestiones más serias como la salud. A
esto se sumaron profesionales con varias horas disponibles que podían ofrecer
su trabajo a cambio de otros servicios" cuenta Llada.
Aunque
la asociación con el sistema de trueque es inevitable, la contadora se encarga
de diferenciarse. "En la Red se valora el trabajo, en cambio en el trueque
se pondera el producto, no importa el esfuerzo puesto en él. Además no utilizamos
créditos, sino puntos, que son virtuales, por lo que no se alienta una economía
paralela", explica.
Dar
y recibir
El funcionamiento
de Red Telar es puramente virtual. Salvo las reuniones de los lunes, los miembros
realizan sus transacciones laborales por medio de la página www.redtelar.com.ar.
Allí, ,a modo de aviso clasificado, se publican los servicios ofrecidos y un teléfono
o mail. Los nombres se mantienen ocultos hasta que los intercambiantes se contactan.
Actualmente
la Red cuenta con 300 inscriptos dispuestos, por ejemplo a reparar la computadora
a cambio de un arreglo se caries o una limpieza facial. También hay abogados que
ofrecen asesoramiento legal por clases de inglés o guitarra, y sastres que confeccionan
un traje para obtener apoyo psicológico. "La idea es que cada persona aproveche
sus conocimientos y los ofrezca de manera responsable en la Red. Se permiten hasta
tres ofertas", detalla la contadora.
Sin
embargo, no todos los servicios se valoran de la misma manera. Ni lo que alguien
ofrece puede ser de l interés del otro. Por eso, existe una moneda que es el punto.
"En la Red fijamos un valor de intercambio por categorías. Creemos justo
que el que se esforzó más obtenga más puntos. Por eso la hora de un médico se
valora más que la de un albañil calificado", aclara LLada.
Pero
la tabla es sólo una guía. No es obligatorio respetarla. "Incluso, si una
persona hace tortas puede cobrar en pesos por los insumos que utiliza y en puntos
por la hora trabajada", agrega. Como el ingreso es libre y gratuito, Red
Telar se reserva el derecho de permanencia. Si hay quejas respecto de la prestación
de un servicio, la administración tiene la libertad de expulsarlo de la Red.
Un
proyecto social
Miriam
es contadora y la dueña del Rústico Pub, el bar donde los intercambiantes se reúnen
los lunes. En Red Telar ofrece asesoría contable y las instalaciones de su espacio
gastronómico para dictar cursos y clases de gimnasia, yoga o baile.