En el viaje perfecto no hay tormentas eléctricas, los aviones salen a
horario y los vuelos jamás se cancelan. Pero cuando los imprevistos meten la
nariz donde nadie los llama, un plan de primera puede convertirse en una
experiencia negativa para los chicos que viajan solos.
Las vacaciones de invierno están en su apogeo y no sólo las calles, los
trenes y ómnibus, sino también los aeropuertos se llenan de nenes alborotados
en busca de vacaciones junto a algún cariño lejano. Abuelos distantes, padres
separados, amiguitos que se mudaron, un tío haciendo la América en algún lugar
del mapa. Para que ese viaje solitario no sea traumático sino placentero, ellos
deben saber qué significa viajar sin los papás.
Las aerolíneas, en lo que les cabe, están extremando los recaudos. Casi
todas aceptan entre su tripulación a chicos de 5 a 11 años que viajan solos
-una companied minors o UM,
en la jerga aeronáutica-. Ese dato debe comunicarse en el momento de la reserva
de pasajes. Algunas, incluso, permiten que otro chico mayor de 12 años acompañe
al chiquito y, en ese caso, ya pierden la categoría de UM, y se los considera
menores que viajan a su arbitrio. En cada caso, queda librado a la conciencia
de cada progenitor.
Las líneas comerciales difieren en su política hacia los UM que demandan
conexiones aéreas: algunas no tienen reparos en aceptarlos; otras, sólo cierran
trato si son mayores de 8 años, y en el tercer grupo están las que no los
aceptan a bordo.
Por lo tanto, el primer requisito es conocer la política de la empresa aerocomercial
que eligió. El segundo, asegurarse que siempre habrá alguien que pueda ser
ubicado telefónicamente si hay imprevistos o emergencias. Si un vuelo se demora
o cancela antes de la partida, la compañía aérea llamará a los padres para
informarles. En cambio, si el pequeño pasajero pierde una conexión entre
vuelos, la empresa deberá comunicarlo a la persona que lo recibirá en el
destino final.
Más aún, ya hay varias compañías que no permiten que los chicos solos se
embarquen en el último vuelo del día, especialmente si el pasajero debe
conectar vuelos.
En el check-in, las aerolíneas solicitarán que se
complete una planilla con los datos del viajero. Además del pasaporte, el
menor necesitará presentar una autorización realizada por ambos padres, ante
escribano público o juez de paz, para ausentarse del país a solas (informes:
Oficina de Migraciones
de Ezeiza (5480-4549, las 24 horas).
A partir del momento en que se lo deja en manos de la empresa, una cadena
de personas se hará cargo de él. Durante el viaje lo mimará toda la tripulación
y al llegar a destino, será el último en abandonar el avión. Personal de la
compañía lo entregará a la persona indicada para recogerlo en el aeropuerto,
previa identificación fotográfica y control de documentos.
Mónica Martin del diario La Nación domingo 18 de julio de 2004
Cada edad tiene su diversión favorita. A continuación,
algunas sugerencias para mantener a los chicos ocupados, sentados y -si cree en
los milagros- calladitos durante un vuelo, ya sea que viajen solos o con sus
mayores.
Los bebes: cajitas de música de cualquier forma o
especie; cualquier cosa que brille o sea nueva; bloques grandes; juguetes con
formas raras; juguetes para encastrar; libritos con animales, sonidos, olores;
un espejito de plástico.
De 3 a 5 años: rompecabezas simples de goma eva; muñecos que hablan al presionar un botón; un set para hacer burbujas mientras esperan en los
aeropuertos; masa de colores con accesorios para cortar y modelar.
Preescolares: libros temáticos con fotos o dibujos (el
cuerpo humano, la selva, el espacio, los alimentos, etcétera); álbum de
figuritas con muchos sobres nuevos; libros de actividades con stickers; lápices, fibras lavables y libros para colorear;
títeres de dedos; un set para jugar a la peluquería; rompecabezas de goma o
cartón; chicles; revistas para recortar; un mazo de cartas infantiles.
6 y 7 años: libros con actividades; rompecabezas con
varias figuras; un set de magia; un walkman para escuchar música o cuentos
narrados (si el menor viaja solo, se puede armar un cassette
sorpresa con mensajes de amigos y parientes, canciones, chistes y cuentos para
escuchar durante el viaje).
Más de 8 años: cartas; libros de cuentos, planetas,
animales, comics; crucigramas; juegos de ingenio; un largavista; jueguitos
electrónicos; un diario de viaje para escribir sus experiencias paso a paso.
Más de 8 años: cartas; libros de cuentos, planetas,
animales, comics; crucigramas; juegos de ingenio; un largavista; jueguitos
electrónicos; un diario de viaje para escribir sus experiencias paso a paso.
Aunque la experiencia los entusiasme, viajar solos es una
situación estresante para los chicos. Algunos consejos, entonces, no sobran:
Asegúrese que el adulto que recibirá al niño lleve
documentos de identidad y una foto en la que se lo vea con el menor.
Los chicos se sienten mejor cuando tienen cerca suyo algo
conocido. En su mochila de mano (para colgar en la espalda), empaque sus snacks
favoritos, su muñeco o juguete preferido, marcadores y cuaderno.
Incluya en el bolso de mano una libretita con todos los
contactos telefónicos que brindó en el check-in y una
historia
clínica resumida del menor: qué medicación toma y sus afecciones
permanentes (si es corto de vista, daltónico, hipotiroide,
tiene escoliosis, diabetes, como sin sal, etcétera).
Avise al representante de la aerolínea dónde encontrará
esa información vital durante una emergencia.