Si no viaja en primera clase, reservar un asiento
sobre el pasillo, junto a la salida o cerca de una mampara: son los más
espaciosos. Antes del ala hay menos ruidos y movimientos.
No viajar con las piernas cruzadas ni sentado en
el borde del asiento. Estas posiciones reducen el flujo venoso hacia las
piernas.
Realizar algunos ejercicios mientras se está sentado
en la cabina del avión. Por ejemplo, doblar el pié hacia arriba y estirar
los dedos durante tres segundos. Después, apuntar los dedos de los pies
hacia el suelo, apretarlos entre sí y mantener así tres segundos. Repetir
este ejercicio 20 veces cada 3 horas de vuelo. Sentado en el asiento, llevar
alternativamente las rodillas hacia el pecho, varias veces. Para estirar
la columna, sujetar un brazo de la muñeca, por detrás de la cabeza, y estirarlo.
Repetir con el otro brazo.
Cada dos horas levantarse del asiento para ir al
baño o hacer mini-turismo.
Tomar mucha agua, al menos un vaso cada hora. Cuando
una persona está deshidratada, la sangre se espesa y aumentan las probabilidades
de que se formen coágulos sanguíneos. La cabina del avión es como un desierto,
sólo tiene un 15% de humedad.
Reducir el consumo de café, té y gaseosas cola,
que agotan las reservas de líquidos del cuerpo.
En cuanto al vino, la graduación alcohólica se
potencia en un ambiente seco, por lo que se recomienda beber menos o rebajarlo
con agua.
Usar ropa cómoda, zapatos sin tacos y con suela
de goma o zapatillas. Prescindir del maquillaje y lentes de contacto.
Evitar medias con elásticos que se ajustan por
debajo de la rodilla. Las “medias de descanso” que usan las embarazadas
ayudan a impedir que la sangre se estanque.
No tomar pastillas parta dormir, porque durante
el sueño profundo se moverá menos.
La gente con problemas circulatorios, debe consultar
con su médico la posibilidad de tomar un anticoagulante antes de emprender
el viaje.
Durante el viaje, conservar en un bolso de mano
los medicamentos que se toman rutinariamente, para
evitar sobresaltos en caso de que el vuelo tenga demora.
En caso de turbulencias, colocar una almohada,
manta o abrigo doblado sobre el
abdomen y ajustar el cinturón: esto sujeta las vísceras e impide la sensación
desagradable de los movimientos.
Los médicos desaconsejan tomar un avión si se ha
tenido recientemente una fractura de hueso, una cirugía o se padece sinusitis.
El cambio de presión atmosférica dentro de la cabina, puede provocar fuertes
dolores o dificultar la cicatrización.
Prepararse al viaje con una dieta rica en vitamina
C y zinc para alejar las infecciones, fortaleciendo el sistema inmunológico
y, ¡¡¡ FELIZ VIAJE !!!.