Una segunda opinión

Ejercicio de la Medicina Ley 17.132

Ley Nacional N° 26.743

Derecho a la Identidad de género

La segunda opinión es uno de los principios más pregonados del sistema médico. Entonces, ¿por qué a veces cuesta tanto conseguirla? Un secreto turbio del mundo de la medicina es que los médicos y los hospitales aplican a menudo trabas burocráticas a los pacientes que buscan una segunda opinión. A veces los médicos guardan rencor cuando se enteran de que alguien ha cuestionado su diagnóstico. En consecuencia, los pacentes temen pedir sus documentos o exámenes médicos. Pero un mayor problema podría ser la logísitica. Los registros médicos en papel son notoriamente difíciles de administrar y una falta de coordinación por parte de los centros médicos significa que los pacientes frecuentemente tienen que recorrer por su cuenta los gigantescos centros médicos, consiguiendo en distintas oficinas documentos, copias de radiografías y autorizaciones para la divulgación de información médica personal.

Los hospitales y los doctores, por su parte, señalan que proveer segundas opiniones puede exigir mucho tiempo, ser una distracción y costar mucho dinero.

Con los reembolsos ocurre lo mismo, sin importar el tiempo que le tome llenar los formularios  y visitar laboratorios y centros de salud desconocidos.

Pero hay evidencia abundante de que las segundas opiniones salvan vidas, previenen errores y reducen los costos. En un estudio sobre segundas opiniones en el campo de los trastornos oculares realizado en 2001 en el Wills Eye Hospital, de Filadelfia, se descubrió que el diagnóstico y el tratamiento cambió en un 15% de los casos y que la cirugía no era necesaria en un 30% de los casos.

En una investigación hecha en Northwestern University entre 340 pacientes con cáncer de seno que solicitaron una segunda opinión entre 1997 y 2001, los investigadores no estuvieron de acuerdo en la primera opinión en el 80 % de los casos y alteraron los planes de mastectomía  o extirpación de tumores en un 8% de las mujeres.

Pero aunque la mayoría de la gente concuerda en que las segundas opiniones son buenas desde el punto de vista médico, hace falta que el paciente tenga mucho interés para que se dedique a tratar de obtenerla.

Muchos son un poco reticentes a pedir su historial médico ante el temor de irritar a su médico. Aunque un buen doctor alienta a sus pacientes a buscar otros consejos, para algunos esto representa una ofensa.

Eso fue lo que le pasó a una mujer de Houston de 41 años cuando le dijeron a mediados del año pasado que tenía cáncer de seno en una etapa muy inicial que exigiría un tratamiento mínimo.

Cuando le dijo al médico que necesitaba copias de sus exámenes para confirmar su diagnóstico, el doctor no ocultó su malestar y apuntó con el dedo a todos los diplomas que colgaban de la pared.

"Dijo: delante de usted hay una persona con 30 años de experiencia", relata la mujer. El médico le manifestó que "es una colosal pérdida de tiempo que usted vaya a ver a otra persona para que le diga exactamente lo mismo".

La mujer, sin inmutarse, fue a ver a otro especialista. Las pruebas adicionales demostraron que las primeras radiografías no habían captado otras partes de su seno y que, en realidad, se encontraba en una segunda etapa del cáncer que exigía un tratamiento más agresivo. "Esta segunda opinión me salvó la vida", dice la mujer. "Pero no es tan fácil como se cree conseguirla".

Los defensores de la automatización de los sistemas de salud dicen que, en forma electrónica, el historial médico daría un mayor control a los pacientes y los ayudaría a evitar esta clase de enfrentamientos.

Aunque algunos grupos han expresado preocupación por la privacidad de los pacientes, los defensores de un sistema electrónico señalan que el desafío es igual a los esfuerzos que hacen las instituciones bancarias por proteger la privacidad de sus clientes.

Además un sistema de archivos electrónicos mejoraría la eficiencia de los hospitales  y los ayudaría a reaccionar más rápidamente a las necesidades del paciente.

Está claro, además, que el actual sistema se encuentra sobrecargado con los pedidos que los pacientes hacen de su información médica.

"Si un paciente nos trae 200 páginas que tenemos que revisar, uno se puede pasar la mitad del día atendiéndolo", dice Vicente Valero, profesor de oncología clínica del seno en el M.D. Anderson Cancer Center, de la Universidad de Texas. "No queremos que más mujeres que tienen cáncer de seno tengan que esperar".

La entidad ha dejado de dar segundas opiniones sobre cáncer de mamas a las pacientes que no van a ser tratadas allí.

En la actualidad, sin embargo, la mayoría de los médicos y hospitales siguen utilizando archivos de papel.

"Mi mensaje sería no rendirse", dice Jerome Groopman, jefe de medicina experimental en el Beth Israel Deaconess Medical Center, en Boston. "Aunque uno tenga que visitar cuatro centros distntos  y pasar por seis secretarias distintas y firmar ocho formularios distintos, obtener una segunda opinión es absolutamente fundamental".  

Por Tara Parker-Pope - The Wall Street Journal

Cuándo consultar

Ocasiones en que una segunda opinión realmente cuenta más

Patologías cancerosas: Se producen errores entre el 1 y el 20 % de las veces.             

Fases: Asegúrese siempre de que le diagnostican la fase correcta del cáncer, de modo que usted reciba el tratamiento adecuado.

Cualquier cirujía: consulte con un médico no cirujano u otro especialista.

Enfermedades raras: su médico podría no haberlas tratado nunca

Consejo para participar en un ensayo clínico: consulte con otro médico para evaluar los riesgos y los beneficios.