Cada seis horas los
piratas del esfalto roban un camión
Utilizan
inteligencia previa y alta tecnología para apropiarse de cargamentos
millonarios
La
industria de los piratas
del asfalto se ha convertido en uno de los emprendimientos delictivos más
rentables y alarmantes del país: las organizaciones que se dedican a saquear
camiones roban por año mercaderías valuadas en unos 200 millones de dólares, según informaron a La Nación empresas y
compañías de seguros vinculadas con la actividad.
Sólo en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano son asaltados cuatro
camiones por día, lo que hace un promedio de un vehículo cada 6 horas. Esta
sucesión de delitos es una de las principales preocupaciones de los
transportistas y de sus clientes, que se ven obligados a invertir unos 500
millones de dólares anuales en seguridad y otros 50 millones adicionales en la
contratación de seguros de mayor valor.
Sin embargo, hay casos en que ninguna previsión es suficiente. Por ejemplo, una
empresa fabricante de calzado deportivo de primera línea tuvo que agudizar el
ingenio y poner en marcha nuevas estrategias de distribución para evitar el
acoso permanente de los piratas:
empezó a cargar algunos camiones sólo con zapatillas del pie izquierdos y otros
con las del pie derecho. La otra táctica fue reemplazar los envíos en grandes
camiones por otros más numerosos en camionetas, desalentando así la acción de
bandas cuyo “costo operativo” es de unos 12.000 pesos por cada camión asaltado.
Según los expertos policiales, los ladrones saben que el valor de la mercadería
transportada en los camiones previamente elegidos por ellos oscila entre los 20.000
y 50.000 dólares, botín más rentable y menos riesgoso que asaltar una sucursal
de banco donde no podrían obtener más de 10.000 pesos.
En la provincia de Buenos Aires se observó en el primer cuatrimestre del año
una preferencia por los robos de camiones de cigarrillos, de gran valor, escaso
volumen y fácilmente revendibles.
Nobleza Piccardo, que fue la empresa más afectada por
los 19 robos de este tipo realizados en el primer semestre de 2006 afirmó:
"A pesar del esfuerzo de la policía y del Ministerio de Seguridad, tenemos
un alto perjuicio económico porque, cuando nos roban los cigarrillos, igual
tenemos que pagar el 68 por ciento del valor de cada paquete en impuestos.
Además, ese producto se transforma en competencia nuestra y ese problema nos obliga
a gastar en seguridad armada y electrónica".
Cómo se organizan
Las bandas de piratas
del asfalto se organizan con el jefe, que es un empresario de buen nivel social
y económico que recibe los pedidos. Un ejemplo es el sospechoso de 32 años,
detenido en el country Bermudas, en Del Viso, donde se le secuestraron armas y
su Audi. La banda estaba integrada por otro empresario y el hijo de un ex diplomático especialista en Medio Oriente, quien se
encuentra prófugo. La clave de la banda era un despachante de aduana que vendía
los datos de las cargas importantes.
Una vez que está el pedido, la organización contrata a los
"gatilleros", encargados de hacer el robo. "Se pagan entre 800 y
12.000 pesos", explica Iezzi. Si es un camión
con un auto de custodia, se necesitarán seis hombres armados y dos autos de
apoyo. Si es un camión con dos vehículos de custodia, se utilizan tres autos de
apoyo con nueve hombres.
Cada auto intercepta su objetivo. Los delincuentes se apoderan de la carga y
liberan al chofer y a los custodios. El camión es trasladado a un depósito
donde la carga cambia de trailer y en general el
camión aparece. Aunque últimamente recrudecieron los casos de robos de
camiones, para obtener repuestos, explica Foresi. La
carga es reubicada en un máximo de tres a cuatro horas. Invierten en sistemas
de comunicación y tecnología para neutralizar los rastreadores satelitales (ver
aparte). Las zonas rojas del delito son el puerto y sus salidas, las colectoras
de la General Paz, Retiro, La Boca, Barracas, Villa Lugano, Villa Soldati y
Mataderos. En el Gran Buenos Aires los partidos más peligrosos son Lomas de
Zamora, San Martín, La Matanza, Morón, Zárate, Campana y La Plata.
Con fusil
Pocas horas atrás sucedió un hecho que mostró el poderío y la organización de
estas bandas delictivas. Un camión Scania con acoplado blanco, cargado con
hilados, salió del puerto. Lo custodiaba un Fiat Uno con dos gendarmes
retirados. El viaje por la ruta 8 era tranquilo, hasta que antes de llegar al
cruce con la ruta 9, Antonio Oviedo, de 51 años, que manejaba, se sorprendió
cuando se le pusieron a la par y le gritaron: "¡Tirate
a un costado!", mientras le mostraban un revólver. Cuando miró hacia
atrás, el auto de los custodios ya no estaba. Había sido también interceptado
por tres hombres armados con un fusil FAL y una escopeta. Oviedo fue capturado
y abandonado en General Paz y la autopista Riccheri.
El camión fue hallado en San Justo sin la carga y los custodios fueron
encontrados en Villa Celina.
El martes último, la Policía Federal detuvo en el barrio porteño de Villa
Soldati a dos hombres y una mujer que integraban una red de piratas del asfalto.
Además de vender la mercadería robada, los apresados tenían un desarmadero para
vender en partes los vehículos sustraídos. Además, en las últimas horas, se
robaron otros cuatro camiones en distintos puntos del conurbano bonaerense.
A pesar de estos hechos, la policía afirma que los delitos de este tipo van en
baja. Las estadísticas en la provincia señalan que se redujeron un 3,8% si se
comparan el primer cuatrimestre de 2005 con el mismo período de este año, con
diez robos menos. Los números de la Policía Federal son más erráticos. Entre
julio y noviembre del año pasado los robos fueron entre 35 y 48 por mes, en
febrero bajaron a 23, en enero subieron a 46 y en febrero volvieron a bajar a
23.
Sensación de aumento
Los empresarios dicen que la sensación es que los robos aumentaron: "Lo
que falta es una decisión política para resolver este problema. Hay diez robos
por día", afirma y reclama Héctor Foresi, de la
Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac),
a la que pertenece el 80 por ciento de las empresas del sector.
Gabriel Iezzi, del estudio de abogados Iezzi y Barone, especializado en
este tema, dice que las cifras estadísticas no reflejan la realidad y José Luis
Anselmi, liquidador de siniestros y analista de riesgos, asegura que, a juzgar
por la cantidad de casos en los que trabaja, el problema es cada vez más grave.
Fernando Antón, gerente de Protección Patrimonial del grupo Logístico Andreani
coincide con las cifras de Fadeeac: unos 3000 robos
al año. Además, afirma que el 35 por ciento de los robos se da en la ciudad.
"Para entender este negocio hay que pensar que los jefes de las
organizaciones son empresarios del delito. Gente que tiene empresas, anotada en
la AFIP con
facturas, que recibe pedidos de distintos comerciantes que se proveen de lo
robado", explica Iezzi.
Tanto él como Anselmi señalan que el 80 por ciento de estos robos son programados,
con información previa de la ruta del camión y el contenido de la carga que
está vendida antes de ser robada.
Las cargas preferidas por los ladrones tienen que ver con el mercado. "Lo
que no se vende no se roba" y cambian con la estacionalidad, el precio o la demanda de los
productos.
Gran chasco se llevaron los delincuentes que en agosto de 2003 robaron un
camión en Boulogne que transportaba una muestra itinerante en homenaje a Manuel Mujica Lainez. Eran 40 afiches digitales que
viajaban de Junín a Buenos Aires. Su valor no superaba los 9000 pesos, pero
"el valor cultural y los trazos manuscritos de Mujica Lainez
superan cualquier precio comercial".
Las estadísticas oficiales y los transportistas coinciden en que lo que más se
roba son productos textiles, comestibles, electrodomésticos, vestimenta,
materiales de la construcción y de la industria, bebidas, artículos de juguetería
y químicos.
Precios
internacionales
El alza del precio internacional del cobre y del níquel los transformó en
deseables y la aparición de los medicamentos genéricos hizo más indeseable el rubro
remedios, antes foco principal de los piratas del asfalto.
Pero es la excepción porque las bandas actúan con información previa y buscar
la filtración es la clave para prevenir la seguridad. A eso se dedica Iezzi: "Hay que estudiar la historia delictiva y cada
caso. En una empresa de electrodomésticos, analizados 50 robos de los últimos
años, descubrimos que tenían en común que en los camiones atacados la carga
siempre salía de la misma playa. Se hicieron cambios en el personal que
trabajaba allí y el problema se acabó".
La policía afirma que en el 50 por ciento de los casos el camionero es el
empleado infiel que entrega la carga, pero los transportistas lo niegan.
Reconocen, en cambio, que en por lo menos el 30% de los casos se da este
problema, por lo que están trabajando en la capacitación y profesionalización
del chofer. Antón sostiene que "un tercio de los robos se realiza a mano
armada, otro tercio por la entrega de empleados infieles y el otro por fraudes
al seguro".
Los datos precisos los tenía la banda que atacó el jueves último en Ciudadela a
un camión cargado de zapatillas, pese a que era custodiado por seis vigiladores
armados, que se movilizaban en dos autos y dos motos. La organización actuaba con
ametralladoras MK3 y los ladrones estaban vestidos de policías con chalecos
antibala con la leyenda PFA (Policía Federal Argentina) y con gorras con visera
con las mismas iniciales.
Por Hernán Cappiello
De la Redacción de La
Nación - domingo 18 de junio de 2006.