Las caídas son los contratiempos más frecuentes, seguidos por las quemaduras y los ahogamientos.
Los bebés están más expuestos en cunas, catres de baño y sillas de comer. Las escaleras y los balcones necesitan protección. Cómo prevenir accidentes.
Especialmente en esta época de inseguridad, para la mayoría de los padres no existe sitio donde sus chicos estén más a salvo que en casita.
"Sin embargo, no siempre es así -dice el doctor Alberto Iñón, presidente de la Subcomisión de Prevención de Accidentes de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)-. En el hogar hay numerosos lugares y situaciones de peligro. Los accidentes más frecuentes son las caídas, seguidos de las quemaduras y los ahogamientos."
Iñón, Jefe de Cirugía Pediátrica del Departamento de Pediatría del Hospital Italiano, señala que las caídas más comunes varían con la edad. "La cuna, la cama de los padres y las sillitas de comer, que se vuelcan con los balanceos, son más frecuentes entre los chiquitos -advierte el pediatra-, y a medida que crecen son típicas las rodadas por las escaleras y camas cuchetas, y menos habituales -aunque muy peligrosas- las caídas al vacío desde balcones y terrazas."
Si bien el Dr. Iñón admite con cierto entusiasmo que pasó un poco la moda de niños mágicamente convertidos en Batman o Superman que intentaban volar a la caza del enemigo -aunque ahora, quizás, el éxito del hombre araña haga sospechar un nuevo peligro-, balcones y terrazas deben estar bien protegidos.
"Los barrotes deben tener una distancian que no permita que el chico pase la cabeza -advierte- y cuando se usa enrejado puede ser de alambre, metal, plástico o soga. Pero lo más importante es controlar que ese material no se deteriore y rompa."
El especialista no recomienda los andadores: dan una falsa sensación de seguridad (sus ruedas se traban y vuelcan fácilmente) y permiten el desplazamiento a zonas peligrosas.
"Por ejemplo -ejemplifica-, las escaleras, el balcón, la terraza o el patio, donde hay que prestar especial atención a pisos mojados, baldosas flojas o rotas, rejillas, plantas, canillas u objetos que puedan lastimar."
Las escaleras son un lugar muy habitual de accidentes en el hogar. "Son una tentación muy grande para el juego -afirma Iñón- los chicos quieren trepar, deslizarse, bajar varios escalones por vez...No es que busquen lo prohibido: están descubriendo el mundo y es lógico que quieran ampliar sus horizontes de conocimiento y su contacto con el medio. Pienso que por maduración un niño no debería subir o bajar escaleras hasta por lo menos 5 años. Es una habilidad completa que requiere madurez motora e intelectual."
Al respecto, el pediatra señala que las escaleras deberían ser primero seguras y luego resultar bonitas a la vista.. "Todas tienen que tener barandas de contención, no simplemente dos o tres barrotes y no se recomienda en absoluto encerarlas."
En cuanto a los ascensores, el doctor Iñón advierte que es frecuente que los chicos se lastimen manos, brazos, piernas o pies al intentar sacar esas partes del cuerpo a través de las puertas tijeras. (que según el pediatra ya no deberían existir) al subir y bajar. "Estas lesiones quitan piel y músculo y generan graves discapacidades."
Agua y fuego
Los ahogamientos en el lugar pueden ocurrir en el catre de baño del bebe (si quien lo baña lo deja solo porque, por ejemplo, suena el teléfono), la bañera y las piletas caseras. "Siempre tiene que haber un adulto cuidando -recalca Iñón-. Hay que recordar que un niño pequeño puede ahogarse en un balde de agua....Y atención también con las bolsas de nylon: los chicos las usan de gorrito, pero terminan siendo cámaras mortuorias. Los juguetes de partes pequeñas son otro peligro de ahogo."
Los lugares habituales de quemaduras son la cocina y el baño, pero también hay que prestar atención a artefactos eléctricos y estufas.
"En la cocina es necesario usar las hornallas traseras y no dejar mangos de recipientes con cocciones al alcance de los niños, o sustancias peligrosas a mano, como tampoco permitirles jugar allí", afirma Iñón.
En el baño hay que prestar atención si existen estufas o calefones (riesgo de intoxicación por monóxido de carbono) y evitar que tengan a mano artefactos eléctricos (por ejemplo el secador de pelo). En el living o dormitorios, los televisores, veladores, y cualquier otro objeto que tenga un cable del cual tironear es una gran tentación.
Un aspecto poco tenido en cuenta, pero que es causa de quemaduras -señala Iñón- ocurre cuando el agua sale con mucha fuerza y a alta temperatura. Esto puede lesionar rostro, cuerpo o periné según se utilice la ducha o el bidet."
Otro riesgo de quemaduras es poner agua hirviendo en una olla para nebulizar y que el niño ubique su rostro sobre el vapor. "No -sentencia Iñón-. Es muy peligroso. Cumple el mismo fin crear vapor con la ducha."
En materia de seguridad eléctrica, el especialista asegura que los disyuntores son muy recomendables. "Salvan muchas vidas", dice el pediatra.
Una casa sin sobresaltos
Las caídas son los accidentes más habituales entre los niños en el hogar
Para prevenirlas hay que tener en cuenta...
Cunas
Las barandas deben tener la altura suficiente para evitar que trepen (igual a la del bebe parado sobre el colchón).
La distancia entre barrotes no debe permitir el paso de la cabeza.
Si los barrotes laterales no son fijos, el mecanismo para subir y bajar tiene que ser accesible únicamente para los adultos.
Evitar puntas o aristas filosas (pueden provocar cortes y heridas en una caída).
Camas cuchetas
Instruir al niño sobre los cuidados al subir o bajar
Colocar siempre una baranda protectora.
La cama de los padres
No debe usarse de cambiador de pañales o vestidor
No hay que dejar solo al bebe allí, ni siquiera durante segundos y aunque parezca dormido.
Balcones y terrazas
Impedir que lleguen solos hasta estos lugares bloqueando los caminos de acceso.
Controlar que las barandas estén en perfectas condiciones y que la separación no permita el paso de la cabeza del niño.
Eliminar elementos que permitan trepar y alcanzar el borde de la baranda con los hombros.
Proteger con cerramiento metálico, de soga o plástico barandas de balcones y terrazas, y controlar el desgaste del material.
Escaleras
Evitar que la separación entre barrotes de la baranda permita al niño pasar y caer al vacío (usar una malla o red paralelas).
Colocar una valla o barrera en ambas bocas de acceso (inferior y superior) de la escalera con un mecanismo de apertura que pueda abrir un niño a partir de los 4 años.
No utilizar los accesos como lugar de juego.
Enseñar a usar el pasamanos (no es un tobogán)
Colocar gomas antideslizantes.
Evitar las escaleras caracol; de haber curvas, es aconsejable que sean con rellano (descanso plano) y no con escalones asimétricos.
Por Gabriela Navarra - de la redacción de "La Nación". 11-06-02
Los periodos de más riesgos son aquellos en los que se intensifica la autonomía del niño. A partir del año, cuando empieza a desplazarse; entre los 5 y 6 años cuando explora ámbitos externos al hogar; y entre los 12 y los 14 por la rebeldía adolescente. Las medidas de seguridad deben ir acompañando el crecimiento de los hijos.
Son comunes las caídas (de la cama, la cuna, el cambiador, la silla de comer). También hay que cuidarlos de las intoxicaciones, quemaduras por líquidos o por fuentes eléctricas, heridas cortantes o punzantes, ingestión de cuerpos extraños, y ahogamiento por inmersión.
Recomendaciones
Dejar fuera del alcance de los niños: medicamentos, artículos de limpieza, insecticidas, colillas de cigarrillo y fósforos, objetos cortantes o punzantes.
Lo mismo respecto de objetos pequeños: (maníes, monedas, botones, juguetes, tapitas, bolitas).
No darles para que comen la pata de pollo con la mano (tiene un hueso que puede perforar el intestino)
Mantener las instalaciones eléctricas en buen estado y cubrir los tomacorrientes.
Proteger y aislar las fuentes de calor como estufas, calefactores o el horno. Evitar que tomen contacto con líquidos calientes.
La cuna tendrá que ser estable y segura. Los barrotes deben tener una distancia no mayor de 8,5 cmts. entre uno y otro, y los costados deben tener, por lo menos, 60 cmts. de alto.
No dejar solo al bebe en ninguna situación. Instalar protección de balcones.
Destacar el carácter de ficción de las proezas que realizan los superhéroes televisivos.
Enseñarles a nadar desde pequeños.
"En materia de responsabilidad por daños causados entre padres e hijos no podemos perder de vista que se trata de situaciones creadas entre personas que en la inmensa mayoría de los casos se encuentran relacionadas por la convivencia, que constituye la más clara exteriorización del vínculo que las une. En tales condiciones, existe una permanente exposición a la posibilidad de que se generen daños recíprocos, ya sean materiales o más frecuentemente psíquicos. La vida familiar presenta permanentes ocasiones de roces entre los componentes del grupo".
"La enunciación de casos que resultarían susceptibles de generar responsabilidad por daños causados por los padres a los hijos podría elevarse al infinito, como también a la inversa podríamos imaginar supuestos de responsabilidad filial por daños infligidos a sus padres".
"Los padres tienen una serie de obligaciones y deberes con sus hijos, y éstos gozan de un conjunto de derechos, entre ellos el de la personalidad jurídica, el derecho al nombre, el derecho a conocer su identidad, etc.; cuyo incumplimiento genera responsabilidad".
"Como doctrinariamente se ha sostenido respecto a una nueva concepción de la familia "en las sociedades eminentemente agrícolas, prevaleció la idea de una familia autosuficiente, centro de producción, asentado en la idea de autoridad; los daños que el esposo causa a la mujer o el padre a los hijos, no son sino el efecto de la autoridad marital o paterna. La familia de nuestros días, en cambio, es centro de consumo; si se trabaja comunitariamente, se organiza en forma de empresa. El principio de autoridad ha sido reemplazado, en las relaciones conyugales, por el de igualdad; los derechos de la patria potestad han sido sustituidos por los deberes-potestades de la llamada "autoridad de los padres".
"En este marco, nos parece "pensable" que un padre pueda responder no sólo penal sino también civilmente frente al hijo por abandono, violación e incumplimiento de los deberes de asistencia familiar; el integrante de la familia, antes que pariente es una persona. La acción por responsabilidad contra el padre no reconociente nace desde que el progenitor biológico conoce el embarazo o parto de la mujer y niega su paternidad o el sometimiento a las pruebas científicas para su determinación".
"Se trata de una responsabilidad subjetiva, no porque se exija culpa en el acto de la gestación, sino en la negativa al reconocimiento".
"El deber de no dañar que constituye el enunciado del artículo 1109 del Código Civil tiene un alcance general y una fuerza expansiva que permite su aplicación a las más diversas situaciones extracontractuales con un sentido moralizador y solidario".